domingo, 11 de diciembre de 2011

ABPH

Mira no quiero, no quiero porque no me da la gana de querer. ¿Y qué si sufro?, ¿y qué si las noches duran más de lo normal?, ¿si el sueño no quiere albergar mis ojos?. Me da igual que duela mirar a mi alrededor, me importa muy poco lo que lloren mis ojos. Ni siquiera me importa morir frente a tu recuerdo. Porque disfruto, disfruto queriéndote, disfruto sabiendo que sigues siendo el mismo imbécil que me enamoró, que han pasado dos años y sigues como el primer día, queriéndome flojito. Que esto es como un nudo suelto, y cuando uno de los dos se va, tira de la cuerda y la unión se hace al fin más fuerte. Porque si no fuera por ahora mismo, por este momento que tanto se parece a cientos más, yo no sabría que estoy enamorada. Si no te echara de menos cuando intentas que desaparezca de tu vida, y cuando finges desaparecer de la mía. Enfrentarme todos los días al miedo a pensar que no vas a volver a llamarme, que en tu cabecita no hay cabida ya para mis besos, mis abrazos y todo lo otro que yo te daba, hace que me sienta toda una warrior. Que nadie entienda que no me rinda a mi me la trae, poco apretada, porque tengo motivos para creer que merece la pena despertarse, y pensar mil maneras de que me hables. Fantasear con plantarme en tu casa, frente a ti y preguntarte el por que de esta agonía que me crea el tener que imaginar tu vida a partir de patrones que me dan los humanos que compartimos. Es un placer y me hace sonreír saber que aun existes y que el tiempo va a pasar, y que volveré a obtener una sonrisa tuya, me da igual si es porque ese chiste nos ha echo gracia a los dos, o a ti solo, o porque eres un completo estúpido y te vuelves a impresionar con siete historias cargadas de mentira y adorno. Eres un estúpido, un imbécil, un asqueroso, un niñato, un dog, un cabezón y sobretodo, un cabrón en toda regla y es por cada una de esas cosas que me robas cada suspiro de vida. Que te quiero más que a Javi, y que sería capaz de dejarlo, hasta de guardarlo con los edredones viejos, si algún día me miraras a los ojos, me cogieras la mano y me dijeras que después de 327 años, quieres estar conmigo de verdad, como chulrris o cuchipus, o mejor, novios. Te esperaré, no importa quién te bese.