martes, 30 de octubre de 2012

Los finales existen

Las sonrisas me hicieron olvidarme de todo, de lo que yo sabía hacer bien. Y más que la sonrisa mínima al día, fue la indiferencia de cada ataque directo al corazón de aquel hombre al que ame. El poco interés que me despertaban sus labios con el paso de los días, la incredulidad que se despertó en mi al darme cuenta de que mi mente ya no dibujaba su cara cuando mis ojos se cerraban. ¿Y qué? Tu no te vas, y yo tengo el valor de despedirme de tus detalles, de tus formas, de tus ojos y aunque ya no sonrío si me miras, por defecto, me duelen los labios cuando no me besas. No quiero probar a olvidarte, me gusta recordarte, saber que estas a mi lado. Pero lo que más que me complace es regalarte mi hombro cuando estas cansado física o psicológicamente, recordarte que nadie te va a tumbar y que sin amarte, te quiero, que aun me importa tu vida, pero ahora valoro más la mía. Quédate, esta es la única vida que podemos compartir.

domingo, 26 de agosto de 2012

this is my life

Que una madrugada te des cuenta que tu vida no es lo que querías, que nadie te echaría de menos si te fueras, que obtienes muy pocos te quiero's comparado con todo lo que sientes, que te fallan una media de 10 veces al mes, que el oxigeno que respiras esta envenenado, que has pasado de ser segundo plato a sobras, a veces hasta es normal, una madrugada, pero no 365 madrugadas al año. No es justo que el problema lo tenga yo y que no tenga una sola mano a mi alrededor, que me apoye, que me anime. Que me tenga que inventar la felicidad porque no haya un minuto en mi vida en el que todo este correcto. Estoy harta de sonrisa por compromiso y depresiones interminables, la culpa la tenéis vosotros y la mala suerte de encontraros la tengo yo.

lunes, 6 de agosto de 2012

Zeus

El día muere, como siempre. Es invierno y aquí los inviernos son muy largos, y el frío te cala los huesos y no te deja en paz. Ya es de noche y apenas son las seis. Es ese puto faro otra vez. Lo miro y creo que no puedo seguir viviendo, si jamás te voy a ver. Las horas empiezan a ser inútiles, el aire empieza a no alcanzar mis pulmones, no hay nada que me de esas ganas de vivir que antes su sonrisa me obligaba a tener. Dejo la ventana de lado y las maravillosas vistas que el disfrutaba mientras me bañaba. Salgo de la maldita habitación donde lo ame más que nunca y como siempre. Pero no puedo ya estoy atrapada y escucho su voz desde dentro gritándome bajito : "Pero no se ve la Torre de Hércules". Entonces de estúpida y masoca vuelvo como si allí estuviera el tumbado como muchas mañanas, como la primera de aquellas muchas, con su maldito vicio en la mano. Sí que se ve la Torre, y también el maldito faro. La vista me traiciona y al girar el campo de visión alcanza su "PIDAZO FEA!" en la pared y su corazón partido y todo lo que aun no he tenido cojones a quitar de mis paredes. No hay ser en el mundo que me pueda hacer tan feliz como el lo hacía, aun cuando se fue, para siempre, me hace reír entre recuerdos. Era tan simple que se detuviera el tiempo con él. Pienso tantas veces, si tu también lo haces. Si te acuerdas quién te hizo sonreír cuando tu mundo se derrumbo, quién se llevo tus primeras lagrimas por amor. Me pregunto a menudo que sientes cuando miras aquel dibujo, o abrazas ese cojín. Si cada vez que te ves frente a un espejo sin camiseta, no recuerdas las miles de tardes en las que me he entretenido con ese huequito. Y si recuerdas aquel día en el que no hubo cabida para otra expresión que no fuera una sonrisa que descubrí el único defecto que esconde tu cuerpo. Y llena de recuerdos, a veces vuelve esa maldita esperanza que se anula con el paso de los días. Son muchos ya los meses, cientos las noches, y unas cuantas la mañanas sin querer despertar porque tu ya no estabas. Pero creo que una mano sobra para contar la veces que te he dicho lo más obvio del mundo. Que te amo, que no se vivir sin tu presencia en mi vida. Que no aprendo a sonreir si no me rozas. Que eres mi luz, mi felicidad y todo lo que pido en este vida para que sea completa. Que el aire que tu expulsas es el que exhalan mis pulmones

miércoles, 27 de junio de 2012

Costumbre.

¿Cuantos años hemos tardado en darnos cuenta que esto era más acostumbrarse que amarse? Y al fin conseguir que todo sea como deseamos ambos, calmado y sin sobresaltos y aun así con miedo a veces. Porque siempre quedara ese "y si..." que nos tortura y lo hace más mágico, más digno de ser anhelado cuando cae. Cuando tenemos todo, me cuesta pensar que algún día tendré más, con otro alguien, y odio la seguridad con la que dices que volveré a enamorarme, pero ahora no quiero eso, quiero la costumbre, ni unos labios más suaves, ni mas ásperos, ni unos ojos más claros, ni otro tono de voz con otro orden de palabras. No me gusta todo, pero me acostumbre a ciertas manías que cuando no tengo me faltan, aunque no las soporte, aunque ahora crea que soy más feliz sin ellas. No quiero volver a empezar si eso significa volver a luchar. Si eso significa volver a tener que pasar lo que hemos sufrido o vivido, que en nuestro caso es lo mismo. A veces pienso que no quiero nada sin ti y ya esta, que te quedes para siempre es cómodo, es mejor que volver a intentarlo sin ti.

jueves, 10 de mayo de 2012

Barrera.

...pero hay un momento que el amor, como todo, te cansa y empiezas a cuestionarte lo que ha merecido la pena, lo que ha sido tiempo perdido y lo que ahora queda sin un te quiero de por medio. Y aunque la eche de menos en algún despertar ya no la anhelo como antes. Me machaco tanto el alma con sus desplantes, con el poco respeto que me tenia, con su orgullo y sus malas acciones. Jugo tanto conmigo que se creía que me tenia. Pero los puntos con final existen, y solo deseo que me busque, que se desespere, que me llore, que se le agoten las formas de pedirme que vuelva, solo para que sienta un resquicio del daño que me ha hecho en estos dos años...

jueves, 19 de abril de 2012

Cuando quisé darme cuenta ya era tarde.

De pronto me encontre con su sonrisa. Sus ojos desafiaban a mi facilidad para quererlo todo. Y caí en silencio, sin que se notará apenas. Con él tenia que ser diferente no podia huir, despacito empece a querer su mano derecha, pronto me ofrecío la izquierda, sus rodillas y talones, la forma de sus orejas y sus lunares. Me fui acostumbrardo a su sonrisa infinita y las tonterias que argumentaba su musculo más húmedo. Tuve miedo. Me enamoré, siendo facil con esa mirada de niño. Y quisé que fuera mio, tanto que nunca lo conseguí, force su cariño por mantener mi unico sueño, que solo tuviera ganas de mi boca. Yo quería que para él ser fiel fuera un placer y no un castigo, para mi era tan sencillo no querer escuchar otro corazón. Todo fue cuesta arriba, tanto que los inviernos eran demasiado frios, los febreros muy largos y el agua a abril se la proporcionaban mis ojos. Nunca dejo desear a otras, y yo empece a querer a otros un poco menos que a el. Yo no queria, yo queria ser solo suya, yo fui capaz de amar, pero no supe hacerlo.

viernes, 30 de marzo de 2012

Todo lo eres tú

-El día que quiera de verdad olvidarte va ser realmente complicado, lo más importante de mi vida a sido junto a ti.
-¿Ah sí? ¿Qué has vivido importante junto a mi?
-Que España ganará un mundial, mi mayoría de edad, mi primer amor, el día de mi boda, mi primer hijo.
-Aun no nos hemos casado y que yo sepa no tenemos un niño.
-Aun...

miércoles, 21 de marzo de 2012

Eyes.

Serán tus ojos no sé, o tu forma de utilizarlos contra mi. Si me pongo firme ante ti suele derrumbarme tu mirada. Pasaron ya unos cuantos inviernos, cayeron millones de hojas desde que he empezado a aprender. Fue al filo del otoño cuando me matricule en la escuela de tus labios por mi cuerpo, poco a poco fui adquiriendo conocimientos. A amar tu cara cuando ríes con ganas, cuando sonríes tímido, cuando lo haces despacio. Empece a desear cada día con más fuerza el grosor de tus labios, la suavidad del musculo que guardaban, el cual asomaba desafiante humedeciendo con sensualidad a sus guardianes. La crueldad de tus gestos cuando se clavaban nuestros ojos. Ame tus ojos contentos, y la rutina odiosa me hizo entender que debía amarlos también rojos y caídos. Pero cuando más los amaba eran acuosos, brillantes, vivos, enormes, fijos, locos, increíbles. Como tú. Entendí que era presa de su encanto, que tu amor lo gritaban tus pupilas, que tus te quiero's se escondían tras un iris caramelo.
Aprendí a querer tus manos en mi espalda, tus labios en mi boca, tus problemas en mi mente, tu dolor en mi presente, y pintar tu sonrisa cada segundo de lágrima que se atreviese a asomar.
Y entonces llegó un momento que me gradué en todas las asignaturas de la felicidad que me proporcionaba tu presencia en mi vida. Tuvimos que abandonarnos, tu instruir a otras y yo buscar vagamente otro instructor. Pero tus fracasos y mis intentos fallidos de aprendizaje. Tu olor, que no había ninguno igual, nadie es capaz de sudar tu aroma, de llevar dos días si tocar ducha y desprender ese dulce olor. ¿Y que digo de tu pelo? Que esa textura reta a la mejores marcas de suavizante, que si te conociera matarían por tenerla. En cambio no sé que tipo de poder superior decidió entregarte a mi. Tu me has enseñado a vivir, has dibujado mi felicidad más pura y tallaste a conciencia mis mejores recuerdos. ¿Y sabes que te digo? Enhorabuena, porque si haberte reproducido tienes una vida en tus manos.

viernes, 16 de marzo de 2012

Importante es aquel..

"Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las veamos."
-William Shakespeare, con un poquito de Laura Grobas.

jueves, 9 de febrero de 2012

Diez.

Es un vicio a tener en cuenta. Puede ser enfermizo. Me secuestro en marzo y en junio me obligo a ser más que feliz. Si la arena de aquella playa entendiera de sentimientos, moriría de celos. Supe que era perfecto cuando aquel día, el 10 dibujo en mi tal sonrisa. El beso hizo que su recuerdo perdudara tanto que tuve que suspender el examen del día siguiente, ya que la concentración muerta de envidia me odiaba, como muchas más. Un viaje tan mágico como increíble, por los paseos bajo la luna que nunca tenia valor a alumbrar más que su sonrisa. Vivir en su mirada los mejores momentos, sabía que lo quería pero supe que lo amaba cuando bajo los efectos del alcohol, de su ansia adolescente, de sus 19 años me miro a la cara y con los ojos más abiertos que de costumbre y sus mejillas delicadamente enrojecida me dijo: "Eres la primera chica por la que me haría un tatu." Lo que aquella noche me pareció una locura más, una estupidez, lo que aquella mañana me enfado cuando no lo vi a mi lado al despertar, ese mediodía me hizo llorar de felicidad. "Andrea" adornaba su hombro izquierdo. Me daba igual que fuésemos a durar un solo mes más, sabía que aquello no lo iba a olvidar jamás, yo también quise reflejar sus iniciales y nuestro 10. Bajo el sol y su sonrisa, se mezclo con la tinta y mi sangre la lágrima de dolor más gustosa de mi vida. Si tuviera algún día que agradecerle a alguien, todo esto. Todas las emociones, fantasías, todo lo que él decía que era magia. Sin sus desayunos compartidos, sin sus caricias en mi espalda para demostrarme que aun no se había dormido, sin su mirada ahogada cuando su orgullo se desbordaba y no podía rebajarse ante mis tonterías de niñata. Pero sobre todo sin sus manos, sin su arte de encenderme, sus besos que quemaban, sin su gran faceta de investigador de cada rincón de mi cuerpo. Su inmensa sonrisa al buscarme las cosquillas. Y como gran responsable de mis párrafos su inmensa paciencia por seguir aquí, conmigo a mi lado, cogiéndome por la cintura besándome el cuello y susurrándome feliz, "Has vuelto a escribir, mi amor".