No encontre la palabra moderación aquella noche, no espere a enfriarme y ver las cosas de otra prespectiva, no sé exactamente que buscaba sólo que agarre la botella y la hice desaparecer en menos de 15 minutos, bebí y bebí sin importarme como acabaría aquello. Al día siguiente empezaron los problema, medias rotas, ocho moratones, 16 amigos nuevos en la red social que uso y la sospechosa, y más tarde corroborada por una amiga, desaparición de la gomita de mi cartera. Lo había logrado era un golfa borracha, y durante aquella maravillosa noche que duro casi 12 horas su recuerdo no me inundó. El alcohol se apodero de mi cada fin de semana, y pensaba que aquello me hacía feliz, los domingos dormía para no darme asco, y así pase los 3 primeros meses sin sus besos, encerrada en un mundo de mentira en el que los Lunes eran el peor castigo y un vaso de vodcka era mi mejor amigo. Me llamaba puta cuando me veia, y dejaba que aquello me afectara, no sin despues ahogarlo con alcohol. No sé exactamente que va a ocurrir ahora, no sé si volvera porque tengo la certeza de que ya no me quiere, no me echa de menos porque él, las penas, las asfixia con humo...
A veces creo que ambos aceleramos nuestra muerte porque nuestro orgullo no nos dejara reconocer que... confiamos en el tiempo, que cada noche nos echamos un poquillo de menos, y que la vida sin ti parece mucho más dificil.
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