sábado, 16 de abril de 2011

Co-razones.

Se me ha roto, y siguen siendo cachos, y para reconstruirse necesito las razones que me regalabas, las claves, las normas que en tu cuerpo se dibujaban. Nadie se ha enamorado tanto de ti, y tres meses ya de tu ausencia hacen, y en tres meses aun nadie tiene tantas razones como yo, nadie se ha vuelto tan loca de celos por tu boca. Porque amarte no es tan simple, tienes que saber al milimetro como te temblaba en cuerpo cuando te dormias en mi pecho, conocer esa vocezita que se te pone cuando te excitas, las escusas tan idiotas cuando las cosas no salian bien, siempre la perfeccion tenia que rozarte, que ser tuya, y yo era lo más imperfecto que tenias. No puedo desear que alguien te sepa amar, porque me encantaba tu sonrisa cuando yo la provocaba, cuando te reias como un tonto por mis absurdos fallos al hablar, por mi caras y mis getos. No encuentro demasiada felicidad, ni alcoholes, ni drogas finas, ni el glamour que me da sentarme a esperar y a mirar como la vida pasa, como te escapas, cada vez más. Y es el saber que ya no puedo actuar, que te cansé, que te cansaste de catarme en algún que otro amanecer, y que ya no habrá tardes de lluvia en las que me hagas sonreir. Pero me retracto en que no creas que habra muchas que te amen como yo, y si las hay las compadezco porque sabran que es, que te roben la vida, que la monotonia acabe reduciendose a un nombre y dedicarle le vida solo a un ser. Que te amo, queda claro, y que si esta puta vida me ha dado la agonia de necesitarte espero que otra no tan perra me de la oportunidad de algun día, no sé cuando, la de olvidarte.

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