Veintipico.

Veamos, a día de hoy no significas nada, eso no quiere decir que me siga encantando que me sonrias, me guiñes el ojo cuando nuestras miradas se crucen y que me desees aun.
Con esto confirmo tu teoria, pero no soy una mujer casada, no hay ni papeles ni anillo, nisiquiera palabra ni promesa. Vamos que quizas, una noche de agosto, con nuestro alcohol en cuerpo (como siempre) con el amanecer pisandonos los talones, en la tierra PROMETIDA puedes volver a inotizarme, pero no te fies me pones mas mirandome con deseo cuando paso que teniendote dentro de mi. Me gustan más tus ganas de follarme que follarte!